En las relaciones, los seres humanos parecemos necesitar una grabadora, un testigo o un secretario de intervención que esté presente en todas las discusiones y en todos los momentos importantes de una relación. Está claro que El “tú dijiste” “yo dije” es un eterno conflicto innecesario que quita tiempo y no lleva a nada. Alguien al final siempre tiene que ceder, porque hasta ahorita, ninguna máquina del tiempo te llevará a ese preciso momento en el que sucedieron las cosas.
Si sumáramos todo el tiempo que se gasta en esas discusiones (las cuales son equivalentes a las discusiones de política o religión, cuyas partes involucradas jamás llegarán a un acuerdo), podríamos recuperar por lo menos un año de vida.
No hay tiempo para perder el tiempo en cosas que no valen la pena y que jamás se podrán resolver con nada más que con el olvido seguido de un perdón.
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cuánta razón! además yo soy malísima para recordar el "tu dijiste" y siempre tengo que andar diciendo...bueno...dijiste algo parecido...jajjaja total, que mejor callada! saludos!
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